El mundo está azorado por las
manifestaciones y las denominadas acciones ciberactivistas que se han producido
en los últimos años en Egipto, en España, en Brasil, en Venezuela, en el mundo.
Periodistas y políticos se asombran porque la gente sale a la calle, porque no
presentan una queja unificada, porque se convocan a través de las redes
sociales y se comportan con una lógica fragmentada conforme los distintos
grupos de manifestantes. Parece que no se dieron cuenta que estamos viviendo en
un nuevo escenario en el cual ya no existe un canal único de expresión. Existen
múltiples problemas, múltiples reclamos sociales, múltiples formas de hacerlos
visibles. Utilizar las redes sociales no es sólo un pasatiempo; constituyen
también la posibilidad de multilocalizar nuestros mensajes, colectivizar
nuestras emociones y atemporalizar las conversaciones. Jamás se había tenido la
posibilidad de pensar algo, escribirlo, publicarlo en el momento y compartirlo
de inmediato con miles de personas.
Caso Lotus
Pero el ciberactivismo
no es algo nuevo. En 1990 se produce el
llamado “Caso Lotus”, muy conocido para los estudiosos de las cuestiones de
privacidad y el uso de tecnologías digitales; éste es conocido como uno de los
primeros usos de Internet como una herramienta para el activismo. El 10 de
abril de 1990, Lotus anunció el lanzamiento de una base de datos de marketing
directo de correo electrónico que contendría los nombres, direcciones y hábitos
de consumo de más de 120 millones de ciudadanos norteamericanos. Si bien no se
trataba de información secreta, lo que preocupó a muchas personas fue que
estuviera disponible en una base de datos contenido en un CD-ROM. De inmediato se inició una campaña
masiva de correos electrónicos y boletines en línea donde se incluía cómo
contactar a Lotus y un formato de carta para ser enviada a la compañía. Más de
30.000 personas contactaron a Lotus y solicitaron que sus nombres fueran
quitados de la base de datos. El 23 de enero de 1991 la empresa anunció que
cancelaba el producto.
Intervasion of the UK
Pero el ejemplo más temprano sobre envío de correo
electrónico masivo como una forma de protesta y activismo online se dio en Gran
Bretaña en el año 1994 y fue organizada por el grupo conocido como The Zippies
para protestar contra el Proyecto de Ley de Justicia Criminal que penalizaba
las fiestas rave al aire libre y la música con beats repetitivos. Esta acción se conoció como Intervasion of
the UK. El 5 de noviembre de 1994, en el Día de los Fuegos Artificiales
la Intervasion of the UK comenzó a bombardear con correos electrónico al
gabinete de John Major y a empleados del Parlamento británico para provocar una
sobrecarga en los servidores. Los sitios web del gobierno estuvieron fuera de
servicio cerca de una semana. Esta forma de protesta se conoce como Email Bomb
y es una forma de DDoS (denegación de servicio distribuido). El evento solo fue
difundido por Radio Berkeley porque los medios de comunicación se rehusaron a
darle prensa a esta acción de desobediencia civil electrónica. En cambio,
la atención pública se centró en el problema de las fiestas rave mientras que
el grupo organizados, The Zippies, fueron ignorados, caracterizándolos como electrohippies.
La Electronic
Frontier Foundation fue crítica de esta acción, lo mismo que el Whole Earth
'Lectronic Link (WELL) BBS, que focalizó sus comentarios en torno al uso del
lenguaje militante. La naturaleza misma de la protesta se puso en cuestión.
Cuando hablamos de desobediencia
civil electrónica (también conocida como hacktivismo) estamos haciendo
referencia a un tipo de desobediencia civil en el cual las personas utilizan
las tecnologías para llevar adelante sus acciones de protesta contra una norma
que se tiene obligación de obedecer. El término “desobediencia civil
electrónica” fue acuñado por el colectivo Critical Art Ensemble y
apareció en un escrito titulado “Desobediencia civil electrónica y otras
ideas impopulares”, de 1996. La desobediencia civil electrónica busca
continuar las prácticas de no violencia y protesta disruptiva de las cuales fue
pionero Henry David Thoreau, quien publicara en 1848 Desobediencia Civil.
Tanto el ciberactivismo como la
desobediencia civil electrónica se valen de un uso disruptivo de las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
La Masacre
de Acteal y las sentadas virtuales
Tres años
más tarde aparecen lo que podemos llamar las sentadas virtuales. En 1997
se produjo la Masacre de Acteal, en Chiapas (México) y en reacción a la misma
un grupo llamado Electronic Disturbance Theatre creó un software llamado
FloodNet, que simulaba sentadas virtuales. El grupo presentó su creación
en el Ars Electronic Festival on Information Warfare, y lo lanzó contra sitios
de la presidencia mexicana, el Frankfurt Stock Exchange y el Pentágono, en
solidaridad con el EZLN. Otro grupo llamado Anonymous Digital Coalition también
se solidarizó por la Masacre de Acteal y comenzó a postear mensajes llamando a
los ciberataques contra cinco instituciones financieras domiciliadas en la
Ciudad de México, consistente en hacer que miles de personas de todo el mundo
ingresaran al mismo tiempo en los sitios web de dichas empresas, para sacarlas
del sistema de manera temporaria. Siguiendo con el EZLN, en 1998 utilizó las
comunicaciones descentralizadas para trabajar en red con activistas de
distintos países y contribuyeron a crear el grupo antiglobalización Peoples
Global Action (PGA) para protestar contra la Organización Mundial de
Comercio en Génova.
Toma de la
frontera
El 15 de julio de 2011 tuvo lugar lo que se conoció
como la “Toma de la frontera”, acción de la que participaron casi 700 personas
de 28 países. Fue un acto de desobediencia civil colectiva organizado por Ian
Alan Paul, un artista new media californiano, que focalizó la intervención en
la política de EEUU respecto de la frontera con México.
Los participantes tomaron información de una base de
datos del Arizona Daily Star que contenía los nombres y descripciones de los
migrantes que habían muerto al tratar de cruzar la frontera. Luego, enviaron
esa información a la base de datos de la compañía BlueServo, que se utiliza
para vigilar la frontera. Como resultado, la frontera fue conceptual y
simbólicamente tomada con reportes de los migrantes fallecidos.
El 24 de mayo 2014 encontramos una nueva
forma de desobediencia civil electrónica propuesta por el ya mencionado Ian
Alan Paul junto con Ricardo Dominguez y el Electronic
Disturbance Theater. Los mencionados desarrollaron esta forma de
protesta en respuesta al asesinato del maestro zapatista José Luis Solis López
y consistía en dejar fuera de servicio el sitio del Presidente Peña Nieto,
generando lo que se llamó “E-Graffiti”: cuando los usuarios se logueaban en la
página del proyecto, sus navegadores enviaban pedidos masivos de acceso al
sitio del Presidente mexicano. Los logs de error se llenaban con textos del
Quijote, comunicados zapatistas y textos del Critical Art Ensamble.
El
subcomandante Marcos y la ciberguerrilla
En el año 1998, después de realizar un estudio por encargo
del Pentágono, el politólogo
David Ronfeldt junto a un equipo de colaboradores, llegó a la conclusión de que
el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN) había estrenado
una nueva forma de lucha, la Netwar Social o guerra socio-informática, consistente
en formar coaliciones transfronterizas altamente entrelazadas y coordinadas para
hacer una guerra de redes sociales que limitaría al gobierno y apoyaría la
causa zapatista. En la base de esta guerra socio-informática está
el saber todo sobre el adversario y dejar que él sepa menos acerca de uno,
manteniendo el balance de información y conocimiento a favor de uno.
Como primer
“ciberguerrillero”, dice Ignacio Ramonet que
“Marcos, manejando la máscara y la pluma, ha podido establecer relaciones
solidarias con centenares de asociaciones cívicas, organizaciones no
gubernamentales –ONG- y con decenas de personalidades o de intelectuales…”
En su obra “Marcos, la dignidad rebelde”, afirma que Marcos es un “estratega mediático que utiliza Internet
como una nueva arma dotada de una temible eficacia, rociando todo el planeta, a
través de la web o del correo electrónico, de comunicados, textos, análisis,
cuentos, parábolas o poesías, que muy a menudo dan en el blanco”. Por su
parte, Bertrand de la Grange y Maite Rico, en “Marcos, la genial impostura”,
afirman que “Marcos utiliza una
computadora portátil para escribir sus comunicados, que a veces ha transmitido
a tal velocidad que se llegó a barajar la posibilidad de que contara con un
teléfono por satélite. Un periodista de la televisión mexicana, Epigmenio
Ibarra, le prestó el suyo para establecer una comunicación entre el cuartel
general zapatista y una sala de cine de la ciudad de México en la que se
presentaba un documental sobre el EZLN titulado Viaje al centro de la selva.
Fue en septiembre de 1994, y Marcos pudo hacer oír su voz en directo ante mil
quinientos espectadores”.
“Gracias
a la colaboración con un equipo de la Universidad de Texas y de varios comités
de solidaridad de los Estados Unidos, Europa y México, que alimentan día a día
as páginas de Internet, el Ejército Zapatista ha creado una nueva categoría en
la nomenclatura de las organizaciones armadas: la ciberguerrilla. Otros grupos
han seguido después sus pasos, como los peruanos de Sendero Luminoso y Tupac
Amaru, pero ninguno ha logrado la riqueza y la variedad de las páginas del
EZLN. En ella pueden leerse los comunicados más recientes, las informaciones
aparecidas en La Jornada, una selección de entrevistas con Marcos o los
documentos redactados con motivo de los diálogos de paz y del Encuentro
Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo. No falta tampoco una
colección de fotografías de escenas zapatistas, ni el número de fax de la
Presidencia de la República, para quien desee inundarlo con mensajes de
protesta.”
Egipto
y las redes sociales
@alya1989262 fue la primera persona el 25 de enero de 2011 en utilizar
el hashtag "#Jan25" que manifestantes, periodistas y la comunidad global
de Twitter utilizó para coordinar, discutir temas y compartir información en
Egipto. La joven titular de la cuenta declaró que Twitter fue una importante
herramienta para los manifestantes, dado que Facebook era continuamente
bloqueado en Egipto a medida que crecía el descontento. Los activistas
utilizaron Twitter para hacer campaña y difundir información acerca de la
protesta y las hashtags fueron una ayuda invaluable. Pero lo más importante fue
que Twitter permitió compartir información en el terreno sobre la violencia
policial.
Facebook y Twitter tuvieron usos diferenciales: el primero fue utilizado
como herramienta organizacional y el segundo sirvió para informarse de la
velocidad con que se esparcían los mensajes y su alcance global. Por ejemplo,
hashtags como #Jan25, #Egypt y #Tahrir se convirtieron en tendencias globales durante aquellos
días.
Algunos analistas consideran que YouTube ha cumplido un rol más
importante que Twitter, porque durante las protestas las personas filmaban con
teléfonos celulares y cámaras, los subían al sitio de video y compartían con la
comunidad global, poniendo en evidencia los abusos y violencia a que eran
sometidos.
También hicieron uso de Flickr para exhibir las fotografías de sus
acciones. Shihao Chong señala que los jóvenes utilizaron los recursos de la web
2.0 como un set de herramientas y no de forma aislada. Hay que tener en
cuenta que en la mayor parte de Medioriente, Facebook se ha convertido en uno
de los sitios web más visitados, sobre todo a partir de su arabización. En
Egipto es la red social más popular, tanto que el joven Jamal Ibrahim puso por
nombre Facebook a su hijita recién nacida.
En el año 2008, el periodista David Wolman se unió a un grupo de jóvenes
egipcios disidentes para realizar una acción de desobediencia civil en una
playa de Alexandria; su objetivo era remontar barriletes con los colores de la
bandera egipcia, distribuir volantes pro-democracia y cantar canciones patrias.
La reunión acabó casi de inmediato cuando se presentaron una docena de oficiales
de seguridad: en el régimen de Mubarak, la libertad de expresión y el derecho
de reunión estaban limitados las reuniones de más de cinco personas podían
terminar en el encarcelamiento de sus participantes. Muchos de estos jóvenes
son quienes en enero de 2011 estuvieron en el epicentro de los sucesos
políticos de Egipto. Las protestas que comenzaron el 25 de enero de 2011 fueron
organizadas con la ayuda del Movimiento Juvenil 6 de Abril. Uno
de sus líderes es un ingeniero civil, Ahmed Maher, quien junto a una joven
llamada Israa Abdel-Fattah crearon en 2008 un grupo de Facebook llamado April
6th Youth Movement, que se convirtió en el nexo del movimiento con los
usuarios de la red social. Las reuniones virtuales sirvieron para burlar
eventuales encarcelamientos. Muchos grupos sociales del mundo árabe a cuyos
miembros les resultaría imposible reunirse en el mundo real (gays, lesbianas,
feministas), encuentran en las redes sociales virtuales un modo seguro, rápido
y económico de organización.
Mientras el mundo occidental debatía acerca del rol de Internet en el
mundo de la política y los movimientos sociales y se cuestionaba si ayudaba o
no a los disidentes, en Egipto los miembros del Movimiento 6 de Abril se
ocultaban en distintos grupos de Facebook para evadir detenciones, utilizaban
distintos alias en Twitter y organizaban acciones virtuales con el mensaje: las
cosas pueden ser diferentes.
En 2010, el movimiento juvenil encontró un aliado estratégico, Wael
Ghonim, ejecutivo de Google, quien se unió al enorme grupo que iba
conformándose alrededor del Premio Nobel Mohamed ElBaradei. El resultado fue la
creación del grupo de Facebook Todos somos Khalid Said,
creado en recuerdo del joven empresario egipcio que fuera asesinado por la
policía en junio de 2010, supuestamente en represalia por un video que él había
posteado mostrando a la policía egipcia compartiendo el botín de una redada de
drogas. El grupo atrajo a miles de usuarios y así comenzaron los ejercicios de
participación democrática on line. Cabe acotar que en algún momento, la
política de Facebook hizo que el grupo fuera suspendido un tiempo porque
algunos de sus administradores utilizaban seudónimos, lo cual constituye una
violación a los términos de servicio de la red social. La página consiguió de
inmediato 400.000 seguidores y convocó a una protesta para el 25 de enero: como
dijo Ghonin, nunca se había visto una revolución que fuera preanunciada de tal
modo. Así, el Movimiento Juvenil 6 de Abril y quienes
apoyaban a ElBaradei unieron fuerzas, pero los miembros de más edad de
distintos partidos dudaron de la protesta, aduciendo que no podían atar sus
organizaciones políticas al mundo virtual. Los jóvenes activistas confluyeron
en la protesta del día 25 de enero en la Plaza Tahrir y luego, en la del día
28. Las redes sociales habían comenzado a contribuir en los procesos
sociales.
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